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PINTURA COSTUMBRISTA EN ANDALUCÍA

  • Foto del escritor: Proyecto Casa Fabiola
    Proyecto Casa Fabiola
  • 13 may 2021
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 13 jul 2021




La pintura costumbrista en Andalucía y su vínculo con el Romanticismo europeo partió de la búsqueda de una producción pictórica con personalidad local ante las circunstancias de finales del primer tercio del Siglo XIX, la mentalidad romántica que venía ya manifestándose proclamando y afirmando el carácter propio de cada pueblo determinado por su singularidad histórica le dio fuerza y significado a las escenas y tipologías representadas en el marco de realidades concretas y distintas. El hincapié en la realidad temporal del ser concreto e individual de un pueblo o nación y el individuo definido en relación con el grupo y la sociedad específica a la que pertenecía, fue el insumo visual del costumbrismo andaluz que, como región española conservaba sus particulares rasgos históricos islámicos y castellanos con el carácter de su gente y sus costumbres llenas de personalidad distintiva.


Entre los libros, ilustraciones y posteriores reproducciones en grabados de los relatos y visiones de viajeros por Andalucía se configuró el paisaje gráfico de sus ciudades y sus enclaves pintorescos de pueblos y costumbres, la naciente imagen de lugares como Sevilla y Granada fueron puntos de referencia para la inicial representación de sus construcciones arquitectónicas como catedrales, castillos o mezquitas, y los ambientes populares que evidenciaban la esencia de lo tradicional y auténtico que ya se le escapaba a las clases más pudientes y refinadas por sus diversos contactos y asimilaciones culturales.


Sevilla entonces, por su abundante producción pictórica se convirtió en un circuito de pintores y mecenas que impuso en la nueva clientela burguesa un gusto por la temática costumbrista siendo el epicentro de esta escuela. Cabe resaltar que, gran parte de dicho mercado artístico fue auspiciado por el mecenazgo de los duques de Montpensier quienes instalados como segunda corte luego de los sucesos de 1848 mostraron un progresismo en el campo económico y tecnológico, pero con un claro interés en la defensa de los valores tradicionales de “lo español”.

Así, a partir de la década de los años treinta y hasta aproximadamente 1868 el costumbrismo pictórico tuvo su pleno florecimiento, nutriendo a las temáticas y tipologías iniciales de lo popular, autóctono y espontáneo, representaciones de gusto burgués como la exaltación de la propiedad rural, la religiosidad y su manifestación en procesiones y obras de caridad, festividades y celebraciones ciudadanas, e incluso escenas cotidianas que daban cuenta del estatus social de dicha clientela. En suma, la diversificación de los temas pictóricos mostró un movimiento artístico que pretendía reflejar una sociedad con matices y sin tensiones que abarcaba los distintos sectores socio-económicos de la época.



Por: Lorena Franco López

 
 
 

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